¡Mi cachorro muerde todo! Guía para enseñar a tu cachorro a no morder

Lo primero que debes saber es: ¡no estás solo! Todo nuevo dueño de un cachorro pasa por la "etapa de tiburón". Esos pequeños dientes, que al principio parecían inofensivos, ahora están en tus manos, tus tobillos, los muebles y los zapatos. Es normal, es agotador, pero lo más importante: tiene solución.

En Cachorros.lat, no solo nos preocupamos por entregarte un cachorro sano, sino por ayudarte a que se convierta en un perro adulto educado. La lección más importante que un perro debe aprender en sus primeros meses es a controlar su mordida.

¿Por Qué Muerde mi Cachorro?

Tu cachorro no es agresivo; está siendo un cachorro. Sus mordiscos tienen tres causas principales:

  • Exploración: Al igual que los bebés humanos usan las manos, los cachorros usan su boca para explorar el mundo que los rodea.
  • Juego: Así es como jugaba con sus hermanos de camada. Mordisquear, luchar y gruñir es la forma en que los perros se comunican jugando.
  • Dentición (Salida de dientes): Entre los 3 y 7 meses, tu cachorro sentirá dolor e incomodidad en sus encías a medida que sus dientes de adulto empujan a los de leche. Morder alivia esa presión.

La Lección de Oro: La "Inhibición de la Mordida"

Este es el concepto más importante que debes entender. La meta no es evitar que el perro muerda juguetes (¡eso es bueno!), sino enseñarle a controlar la presión de su mordida con los humanos. Un cachorro que aprende que la piel humana es delicada se convertirá en un adulto que, incluso si se asusta o juega bruscamente, sabrá cómo no lastimar.

Esta lección la empiezan con su madre y hermanos. Si un cachorro muerde muy fuerte, el otro chilla ("¡AY!") y deja de jugar. Ahora, tu familia debe tomar el rol de maestro.

Guía Paso a Paso: Cómo Corregir los Mordiscos

Paso 1: El Método "¡AY!" (Imita a la camada)

Mientras juegas con tu cachorro, deja que mordisquee tu mano. En el instante en que sus dientes te presionen un poco más fuerte de la cuenta, emite un chillido agudo y sorpresivo: "¡AY!" o "¡AUCH!".

No tiene que ser un grito, solo un sonido agudo que lo sorprenda. Al mismo tiempo, deja tu mano "muerta"; no la retires bruscamente, ya que eso activa su instinto de presa y creerá que es un juego de tirar.

Paso 2: La Pausa (El Juego se Detiene)

Inmediatamente después del "¡AY!", detén el juego. Levántate e ignora a tu cachorro por unos 15 a 30 segundos. Dale la espalda. Esto le enseña la lección más valiosa: "Si muerdes fuerte a un humano, la diversión se acaba al instante".

Paso 3: Redirección (El Objeto Correcto)

Después de la breve pausa, vuelve a interactuar con él, pero esta vez ofrece un juguete apropiado (un mordedor de caucho, una cuerda). Cuando muerda el juguete, ¡felicítalo con entusiasmo! "¡Muy bien, ese es tu juguete, súper!".

Con esto aprende: "Morder manos = el juego para. Morder juguetes = el juego sigue y además me felicitan".

Lo que NUNCA Debes Hacer (Errores Comunes)

  • No le golpees el hocico: Jamás. Esto solo genera miedo, timidez ante las manos y puede incluso provocar una reacción defensiva (una mordida por miedo).
  • No juegues rudo con tus manos: Nunca uses tus manos como si fueran juguetes para "luchar" con él. Estarás enseñándole exactamente lo contrario a lo que quieres.
  • No lo castigues en su guacal (crate): Su guacal debe ser su lugar seguro, su "guarida". Nunca lo uses para castigos, o empezará a odiarlo.

Paciencia, Consistencia y Amor

Esta lección no se aprende en un día. Requiere paciencia. Razas de alta energía como el Jack Russell, el Pastor Belga o el Bóxer pueden ser más intensos, mientras que un San Bernardo o un Bulldog Francés pueden aprender más rápido.

La clave es la consistencia. Todas las personas en la casa deben aplicar las mismas reglas, siempre. Con dedicación, en pocas semanas verás cómo tu pequeño "tiburón" se transforma en un compañero que sabe jugar con gentileza. ¡No te rindas!